domingo, 28 de diciembre de 2014

El desierto de tu ausencia


Es la noche, quien convertida en un invierno
se calienta junto a un corazón abrasado,
desvelando un recuerdo de sueños
traídos por el vahído del alma de un enamorado
Bajo un mantón gris aparece tu figura;
y una mano en tu pelo juega, mechón a mechón,
a enrollarse en sí mismo, sobre un ovillo moreno.
dejando a la luz unos ojos , ¡y qué ojos!
cuya teja radiante como oasis en el desierto,
llena de una inmensidad profunda, refresca
más aun que el agua pura, la sed de amor.

Cuando la noche avanza y el sueño se quiebra
adolece el espíritu en un desierto de vida,
lleno de almas errantes que no son la tuya,
mientras la mía pasa de inmortal a perecedera.

Para que al despertar del día, el sol,
encuentre mi cuerpo yacido en las dunas.
Y él, tan abrasador como el fuego,
que nunca se pone mientras no estás,
me quema como una mecha, rápido,
duele en la cara, agrieta el espíritu
y reseca el corazón;
invitando a llorar en la soledad diurna,
guiando cada gota salada
a través de los surcos de tu recuerdo
hasta las llagas de tus ausentes caricias.

El ocaso marca el fin del dolor
con los últimos rayos de sol

Antonio Espacio Garcia

martes, 2 de diciembre de 2014

¡España te han violado!



¡España te han violado!
¡España te han violado!
¡España te han violado!
¿Por qué aun no te has quejado?

Tus padres que tanto te prometieron
De ti se han burlado, y al final…
…y al final, riendo te han violado
Grita, grita, ¡que te oigan tus hermanos!

Tienes sangre peleona, ¡eres española!
Aun tienes fuerza en tus brazos, tienes hermanos,
cada uno de ellos siguen allí, junto a tu lado
¡Pídeles ayuda y acudirán sin duda a demostrarlo!

¡Hace falta un grito, un grito alto y claro!

-¿Más? ¡No puedo gritar más, hermano!
Hace tiempo que os lo he suplicado
Si no actuáis ya, será el estertor final,
El que irremediablemente vais a escuchar

¿Cuánto más quieres esperar?
Agonizo y casi no puedo respirar
Mi padre votado por vuestras urnas,
Me ha violado, ¡ya me siento una difunta!

¡Armaos hermanos! no os hacen falta piedras ni palos
Solo la voz del pueblo, la que siempre triunfará
y al final nuestro balido se convertirá en rugido,
y no habrá león en el parlamento que levante el hocico.

¡Gritad! ¡No quiero funeral! ¡No quiero funeral!

España volverá, es nuestro destino, lo vamos a lograr.

Antonio Espacio García

domingo, 16 de noviembre de 2014

Ay mi Extremadura!!

Extrema vida dura
Triste Extremadura
Tierra de fronteras
Tierra de conquistadores
Siempre abandonada
Y otras tantas conquistadas

¡Ay mi tierra si yo pudiera
Conmigo llevarte donde quisiera!

En ti se halló el placer
Y el mérito se reconoció
Largo tiempo fuiste
Sin ser ahora nada

No hay en ti amargura
Triste Extremadura
Por tu suelo maltratado
Tantas veces olvidado

¡Ay mi tierra si yo pudiera
Conmigo llevarte donde quisiera!

Todo nos lo has ofrecido
Cerezas, queso y vino
Y nosotros llorando
De ti hemos huido

Encinas de sombras esperpentas
Que dais bellotas guerreras
Con coronas de porte regia
Cuanto gusto os debemos
Y que poco agradecemos

¡Ay mi tierra si yo pudiera
Conmigo llevarte donde quisiera!
No sería pena sino gloria
Ni habría llanto en la memoria


Antonio Espacio García,
a mi tierra


domingo, 19 de octubre de 2014

Italia o las Santas Lucias del viaje

A las 9:30 de la mañana del día 10 de Agosto llegábamos al aeropuerto de Roma Ciampino, después de haber pasado la noche entre recuerdos de la última vez que estuve en Roma; y dudas sobre la dificultad del viaje y la fortaleza de nuestras piernas.

Agradeciendo que el vuelo no hubiera tenido muchas turbulencias, sanos y a salvo descargábamos las cosas y montábamos la bici con todos los bártulos. El primer contratiempo que tuvimos llegaba al desenvolver las bicicletas del plástico protector, con una navaja rasgué la cubierta de una de las ruedas de Sergio, dejando al descubierto los hilos y las distintas capas de la cubierta. Como esto no era suficiente, los discos de freno de las dos bicis se habían doblado, no sabíamos si en el avión o en el coche. No nos quejamos. Estaba claro que en el viaje tendríamos todo tipos de baches que sortear pero pensábamos que llegarían al cabo de dos o tres días. Con una llave inglesa, haciendo palanca, logramos enderezar algo los discos pero aun así las ruedas se frenaban solas debido al rozamiento de los discos con las pastillas de freno. Salimos lo más rápido del aeropuerto y tomamos los 20 km de la Vía Antica que nos separaban de Roma.






Roma es Roma y no necesita presentación, siempre estuvo y siempre estará.

A la mañana siguiente nos despedimos de la ciudad eterna y cogimos la vía Nomentana y otras tantas siguiendo la rivera derecha del Tiber a lo largo de la Lazio. Conforme nos fuimos adentrando en la Italia rural fuimos adquiriendo conciencia de la grandeza o barbaridad de nuestro viaje. Poco a poco fuimos ascendiendo por carreteras sin apenas tránsito de coches, en el silencio de los campos de las montañas, en las faldas de los Apeninos. Aquella cordillera tan desconocida para los dos, a la que desde un principio infravaloramos pensando que los primeros días serían largos en km pero tranquilos en altitud. Cuan equivocamos estábamos y que pronto nos dimos cuenta. Llevábamos apenas 53 km y 5 horas de recorrido, cuando paramos para comer y aun nos faltaban otros 50 km mas. Aunque rápido olvidamos nuestra preocupación cuando llegó Franca, la abuelita dueña del restaurante Di Franca, en Cantalupo di Sabina. Cuando llegó con el antipasti de “panne con pomodoro”, dos platos de “taggliatella al funghi e tartufo” y unos filetes de carne empanada, verdadera comida italiana que agradecimos y por la que hubiéramos pagado una fortuna si hubiera sido necesario.



Unos 700 metros mas de desnivel positivo en otros 50 km y llegamos al fin a Terni. Buscamos y rebuscamos hostal o albergue en la ciudad pero no encontramos nada. Eran las 8 de la tarde, la gente estaba volviendo a sus casas y no encontrábamos lugar donde quedarnos hasta que al final un hombre uruguayo amablemente nos ayudó a buscar una habitación en un hostal. Es muy fácil en estas situaciones caer en la desesperación; el cansancio y el hambre generan una ansiedad que hacen que cualquier cosa que por mínima que sea se salga de los planes produzca irritación consigo mismo y con los demás. Pero también es fácil solventar estas situaciones; una vez que se conoce la causa de la ansiedad es cuestión de carácter rechazarla.

Aquella noche el calor no nos dejó apenas descansar, por lo que temprano y con ganas de continuar salimos de Terni en dirección a Perugia. Si el día anterior tuvo cuestas, aquel no se quedó atrás, cada carretera que tomamos seguía la cresta de una montaña y como un dedo que sube y baja recorriendo la espina dorsal a través de todas las vértebras nosotros hicimos lo propio en los Apeninos. San Gemini, Todi y Marsciano, pueblos de la región Umbria que nos hicieron sudar y disfrutar a partes iguales. Cada día tiene sus personajes, sus caras, ese estuvo marcado por otro ciclista que nos acompañó unos km a las afueras de Todi y que nos llevó a una antigua fuente que había sido encontrada por el y sus amigos después de muchos años o siglos olvidada bajo la maleza; y por Francesca que nos llevó a comer “torta al testo (torta de espinacas)”, algo típico de Perugia.

En Todi la estatua de Garibaldi nos recordaba la libertad de las naciones modernas.



"Jamás se viera una lealtad mayor
que la del león italiano
al amigo de América que amó en fraterno amor.
De Garibaldi y Mitre las dos diestras hermanas
sembraron la simiente de encinas italianas
y argentinas que hoy llenan la simiente de rumor."

Cada día que pasaba nos levantábamos más temprano. A las 5 en pie y a las 6 en la bicicleta. Antes que el sol estábamos de camino a Maggiore, en el borde superior de las montañas que, como una caldera, rodeaban el lago Trasimeno. En la niebla, al pie del lago, pudimos a penas distinguir los fantasmas de las legiones romanas que perdieron la vida a manos de los soldados de Anibal el cartaginés. Conforme avanzábamos sentíamos aun la presión sobre nosotros de tantos años de historia en aquel paraje que había servido tanto de batallas como de lugar de recreo y paz de los renacentistas. Cruzamos la frontera entre la Umbria y la Toscana para llegar hasta Arezzo y visitar la plaza donde se rodó la famosa escena de “La vida es bella” donde Roberto Benigni baja en bicicleta y se cae sobre Nicoletta Braschi. Llevábamos 90 km cuando nos paramos a comer y aun nos faltaban otros 70 km más hasta llegar a Florencia por lo que no teníamos mucho tiempo que perder. Comimos una pizza y seguimos adelante. Tomamos el curso del rio Arno para llegar hasta Florencia, aunque un fallo en nuestra lectura de los mapas nos hizo desviarnos del río y tomar una carretera que ascendía un puerto de montaña a apenas 10 km de Florencia. Lloviznaba, se hacía de noche, estábamos cansados y seguíamos subiendo, sabíamos que Florencia estaba al otro lado de la montaña pero nuestras fuerzas no nos acompañaban tanto como las ganas de llegar. Finalmente llegamos al puerto de montaña y recuerdo que fue una sensación magnifica la de bajar aquella montaña con la visión de las luces de Florencia a los pies, disfrute aquel trayecto sin pedalear, admirando la respuesta de mis piernas que estaban cumpliendo como verdaderas heroínas. Llegamos tan tarde a la villa de Florencia y al albergue que no tuvimos tiempo de ver la ciudad.





Fue a la mañana siguiente cuando fuimos a ver las maravillas de la capital de la Toscana, la catedral de Brunelleschi, la réplica del David de Miguel Angel; Perseo con la cabeza de Medusa de Cellini; Hercules y Caco de Baccio Bandinelli; la fuente de Neptuno de Bartolomeo Ammannati…










Desde Florencia continuamos junto al Arno hasta Pisa en un día relativamente tranquilo si observamos la distancia 80 km, aunque en realidad fue bastante duro por el viento en contra que tuvimos durante todo el trayecto. Ese día pasamos por Lastra a Signa, donde se encuentra la casa museo del más grande representante de la canción napolitana, Enrico Caruso. Fue un casual y grato encuentro el de este museo, que aunque no llegamos a entrar, me gustó pasar por esa ciudad por su significado. La primera vez que escuché a Enrico Caruso fue al volver a Toulouse después del anterior viaje en bicicleta en 2012. Mi vecina de pasillo en la residencia, Maria Chiara, era una muchacha de San Marino con una dulzura y sensibilidad sin igual a la que le encantaba cantar canciones típicas italianas. Ella hizo que se me picase la curiosidad. Uno de esos días buscando canciones italianas encontré una canción de Enrico Caruso, “O sole mio” y al erizárseme el bello me sentí conectado de alguna manera a esta música así como lo sentí con las de Carlos Gardel años atrás.










Desde Pisa llegamos hasta Levanto siguiendo la carretera de la costa y después hasta Génova por la Strada Statale 1. No sé si la llamaron nº 1 por ser la primera que se construyó o porque es la más bonita pero sin duda esta última razón sería tan válida como la primera. La costa italiana tiene menos glamour que la francesa pero tiene una belleza singular con las cientos de crestas de los Apeninos que se adentran al mar haciendo que el paseo se convierta en un subir y bajar como una ola en la propia tierra, fuimos surferos de asfalto por unos días.













Cada vez que el Sol se ocultaba detrás de alguna montaña, cayendo ya la tarde, y nosotros aun montados en la bicicleta me venía a la mente la última viñeta de los comics de Lucky Luke, caminando solos hacia el horizonte sin más pensamientos que el de descubrir y continuar.



Lonesome cowboy, lonesome cowboy, you're a long long way from home
Lonesome cowboy, lonesome cowboy, you've a long long way to roam

I'm a poor lonesome cowboy
I'm a long long way from home
And this poor lonesome cowboy
Has got a long long way to roam
Over mountains over prairies
From dawn till day is done
My horse and me keep riding
Into the setting sun

Lonesome cowboy, lonesome cowboy, you're a long long way from home
Lonesome cowboy, lonesome cowboy, you've a long long way to roam

There are guys who just figure
Have a problem with a gun
And a finger on a trigger
Can be dangerous, hurt someone
But problems solve much better
By keeping calm and true
My horse and me keep riding
I ain't nobody's fool

Lonesome cowboy, lonesome cowboy, you're a long long way from home
Lonesome cowboy, lonesome cowboy, you've a long long way to roam

I'm a poor lonesome cowboy
But it doesn't bother me
'Cause this poor lonesome cowboy
Prefers a horse for company
Got nothing against women
But I wave them all goodbye
My horse and me keep riding
We don't like being tied


Cerrando el post quiero recordar todos los pueblos que fueron bendecidos con el nombre de Santa Lucia y que encontramos a lo largo del camino, raro fue el día que no viese alguna calle dedicada a Santa Lucia o alguna plaza. Este nombre que es el de mi prima y de una de mis mejores amigas; es también el título de una canción preciosa que escuché por primera vez en la película “La mandolina del capitán Corelli”, y que aunque no sea para nada una película magnífica, la adoro por su banda sonora.




domingo, 5 de octubre de 2014

Los Alpes, la Maddalena

Hace un mes que di por finalizado el viaje y hasta ahora no me he sentido capaz de escribir sobre él. A veces, cuando disfruto tanto de una experiencia o me resulta muy impactante, al terminarla necesito tiempo para asimilar lo que he vivido y sentido. Pero hoy con el pijama puesto y una copa de vino espero poder transmitiros parte de esta travesía de libertad sobre dos ruedas. Tengo muchas notas en la libreta que me acompañó durante el viaje pero me gustaría empezar hablándoos de los Alpes ya que aún conservo parte del shock que me produjeron.

Al nacer y vivir la mayor parte de mi vida en Mérida, soy una persona de secano y la nieve es algo increíblemente extraño para mí. La primera vez que vi nevar fue en Madrid y se me saltaron las lágrimas entre risas de la emoción e ilusión que me produjo. Sin embargo los Alpes no estaban nevados cuando los vimos. Tengo que distinguir entre los Alpes marítimos y los Grandes Alpes. Los primeros, los Alpes Marítimos los cruzamos desde la ciudad de Savona hasta más o menos Roccaforte Mondoví en dos días. Y desde Roccaforte Mondoví llegamos a  Borgo San Dalmaccio desde donde comenzaría un largo ascenso de 60 km hasta la frontera Italo-Franca que forman el Colle della Maddalenna por el lado italiano y el Col de Larche por el lado francés. La sensación de ir cruzando semejante cordillera por la hendidura que forman los valles del Stura di Demonte y el del Ubaye fue una de las cosas más maravillosas que sentido nunca. Sin embargo el esfuerzo tan brutal de subir el puerto junto con la inadaptación de mi estómago a las aguas de montaña dieron como efecto que al día siguiente de subir el puerto de montaña, el cual atravesamos a altas horas de la tarde con un frio propio de las alturas pero para el que no estábamos preparados, un cólico; por lo que decidimos descansar dos días en el pueblo de Barcelonnette a 30 km pasando la cima del puerto, en el lado francés.

El segundo día de descanso me desperté considerablemente recuperado así que propuse a mi primo alquilar un coche y explorar desde allí otros puertos de montaña cercanos. Fue ese día el día en que me enamoré de los Alpes. Para una persona como yo, ajena totalmente a la montaña y al mar, estas dos maravillas de la naturaleza tienen una atracción bastante fuerte cuando puedo disfrutar de ellas. Y es que las montañas de los Alpes en invierno, que nevadas serán como una novia vestida con su traje de bodas, impecable y cegadora en su blancura. Son más bellas si cabe en verano, ya que desnudas y desprovistas de su traje de nieve se exhiben como una novia en la luna de miel con la inmensidad de colores de su propio cuerpo desnudo. Y nosotros, que fuimos subiendo y bajando por sus curvas como dos maridos vírgenes de alturas, admirando cada recodo del camino, parando en cada pliegue de su cuerpo, haciéndoles el amor con la mirada a los colores de la roca, que cambiaban con cada giro y sombra de las nubes; no pudimos mas que rendirnos a la evidencia de su belleza. Reposando en los lagos que se hielan y deshielan, desapareciendo con cada estación, como las gotas de sudor que llenan el ombligo al hacer el amor fuimos comprendiendo que esta era la razón del viaje, conocer la inmensidad del mundo y su grandeza en rincones como aquellos. Subimos del Col de la Cayolle al Col d’Allos que como pezones se erigían en medio de la femenina figura hasta los bosques del Lac de Castillon que fueron el pubis de esta novia alpina a la que puse de nombre Maddalenna por ser ella la primera, por ser tan fugaz y por el maestro Sabina, que puso la banda sonora de mi viaje gracias al recuerdo que me trajo un poster en Génova de Frida Khalo y Diego Rivera.

“Hasta el hijo de un dios se fue con ella, la Magdalena”

Nosotros no éramos hijos de un dios, pero también la elegimos a ella, y no nos defraudó, sino que tanto ella como sus gentes nos acogieron verdaderamente bien. Desde el inicio, en Borgo San Dalmaccio donde un hombre nos paró y nos indicó una ruta más segura e infinitamente más bella para las bicicletas; hasta la cima, donde un francés compartió conmigo la alegría entre gritos y saltos el momento de alcanzar por fin la cima.


Los Alpes sin duda alguna han sido en mi opinión lo mejor del viaje, la experiencia más gratificante, no es que el puerto fuese muy duro, el problema fue que empezamos a subirlo muy tarde, entonces a la hora de llegar a la cima estábamos muy cansados y teníamos mucho frio, ya que el sol estaba ya oculto detrás de las montañas. Pero no hay mal que por bien no venga, siempre hay un lado positivo y este fue que gracias a ponerme malo al final acabamos alquilando un coche y explorando algo más a fondo esta increíble cordillera llamada los Alpes.

jueves, 7 de agosto de 2014

De Roma a .... ¿Santiago?


Tres días faltan ya, tres y no más. De Roma a Santiago en bici. Cerca de 2500 km subiendo los Apeninos, los Alpes, los Pirineos y los Picos de Europa. Motivado con el recién terminado Tour y con la incorporación de mi primo Sergio a la gran ruta que él ha llamado el Giro-Tour-Vuelta.

Espero que nuestro entrenamiento a lo largo de las carreteras y triatlones extremeños  haya sido suficiente ya que si no, lo vamos a pasar mal. Sobre todos los primeros días en Italia, los cuales necesariamente tenemos que hacer un mínimo de 100km para llegar a los hostales que tenemos ya reservados. Y es que casi la totalidad de la Italia centro la recorreremos a golpe de piñón y descansando en los hostales de Peruggia, Florencia y Génova para recorrer sus intrincadas calles llenas de historia y rebosantes de cultura renacentista. Entre medias tomaremos café o comeremos unos buenos spaghettis en Terni, Arezzo, Pisa y los pueblos de Cinqueterre.

Después de Génova nos espera un ascenso de tres días al techo de Europa central y a la frontera italiana con Francia. Una vez en Francia tendremos cinco jornadas de descenso siguiendo el río Verdón desde su nacimiento hasta su unión con el Rhone en la antigua capital papal de Avignon para terminar finalmente en las marismas de la Camargue y en el Mediterraneo. Seguiremos por la costa hasta la altura de Montpellier donde nos desviaremos hacia el interior cruzando el Parque Natural Regional del Alto Languedoc para llegar a la legendaria ciudad de los cátaros, Carcassonne. Desde aquí tomaremos la colosal obra de ingeniería que es el Canal du Midi hasta mi querida Toulouse, la Ville Rose.

A partir de Toulouse se volverán a medir nuestras fuerzas en una lenta ascensión a la cima del Tourmalet. Llegados a este punto surge el dilema que lleva rondando mi cabeza durante estas últimas semanas. ¿Orientarnos hacia el camino francés o hacia el camino del norte? Creo que la respuesta la volverán a tener nuestras piernas. Para mí el camino francés sería el novedoso ya que no lo conozco pero sé que después de tantos kilómetros en bici recorrer el camino del norte junto a la costa tiene más atractivo que realizar otros mil kilómetros más por el interior y en verano. La verdad es que no sé qué decidiremos llegados a ese punto por lo que solo podría especular. Este será el punto de misterio en el viaje y tendremos que esperar al final para descubrir cuál de los dos caminos será elegido.

Sea como sea estoy ansioso por comenzar aunque ahora mismo tenga un poco de miedo por el avión, ya que para el que no lo sepa tengo bastante vértigo y los aviones no son mis amigos.



martes, 1 de julio de 2014

Cada uno vale lo que se valora

Hace unas dos semanas mi antiguo colegio, donde curse preescolar, primaria y secundaria, tuvo el acto de graduación de los alumnos de 4º de la E.S.O. y decidieron repetir con la idea de no llevar un ponente externo como agregado cultural. Ya que estos suelen ser consejeros del ayuntamiento o de la Junta y acostumbran a dar discursos políticamente correctos o alejados de las motivaciones de los jovenes.

Mi antiguo colegio lleva ya dos años invitando a antiguos alumnos a estos actos y son estos los que cumplen con la función que debería cumplir el agregado cultural, la de motivar y exponer una realidad a la que se han de enfrentar los alumnos en los próximos años.

Este año, he sido yo el agraciado con la invitación al acto y me gustaría compartir con vosotros las palabras que preparé para ellos. Decidí que si aceptaba la invitación no debía de guardarme nada para mí y exponerles la realidad que desde mi punto de vista, estamos viviendo.

El discurso fue el siguiente:

Buenas noches. No me resulta fácil comenzar a hablaros, ni sé muy bien en que tono daros este discurso. Pero creo que quizás lo mejor sea que os cuente un poco lo que os espera después de esta etapa en el colegio.

Y es que creedme si os digo que estáis en un momento crucial de vuestra vida. Muchos de vosotros aun estáis con la tontería del pavo. Otros casi la estáis terminando y a algunos aun os queda mucho por delante. La cosa es que a partir de ahora os esperan dos años intensos de instituto donde tendréis estudiar mucho. Pero será aquí en el instituto donde comenzareis a sentir el gusanillo de aprender, donde cada uno se decantará por una rama de las ciencias o de las letras.

Algunos os quedareis fascinados por la química y su magia. Otros por la historia de nuestros antepasados. Otros descubriréis la mecánica del cuerpo humano y querréis estudiar fisioterapia, o querréis curar a la gente y haréis medicina o ayudarles como psicólogos; por otro lado alguno leerá por primera vez a Neruda y sus 20 poemas de amor quedando fascinado por la literatura y entonces estudiará filología hispánica. Y es que tenéis tantas y tantas maravillosas opciones para elegir que quizás la primera elección no sea la definitiva. 

Sea como sea el bachillerato es un lugar de paso para alcanzar la universidad. Donde de verdad experimentareis un cambio en todos los sentidos. Para la mayoría, la universidad será la primera vez que salgáis de Mérida, que viviréis en otra ciudad, que viviréis lejos de vuestros padres. Unosn elegiréis Cáceres, otros Badajoz, algunos se aventurarán un poco más y llegarán hasta Sevilla, Salamanca o Madrid.

No se me ocurren momentos malos en la universidad, recuerdo muchos momentos duros, pero nunca malos. Y es que ningún momento será malo si logramos sacar algo bueno de ellos. Recuerdo que estando en la universidad, en mi cuarto año, me vine abajo, me pareció que no lograría terminar la carrera, las asignaturas eran cada vez más difíciles y mi moral cada vez más baja. Y como consecuencia tuve una crisis de ansiedad. Pero gracias a la ayuda de mis padres y mi hermano aguanté y me fui levantando poco a poco hasta que logré terminar mis estudios. Y gracias a continuar estudiando, he vivido mis mejores años desde entonces.

Poco a poco os iréis dando cuenta de que vuestros padres han sido y serán vuestros máximos valedores. Os apoyaran siempre, tanto en lo bueno como en lo malo. Y será en esta etapa de universidad donde os daréis cuenta.

En la universidad os esperan las becas Erasmus, que os permitirán ir a estudiar a otro país de Europa y descubrir nuevas culturas y lenguas. Quizás ahora lo veáis todo muy lejos. Pero creedme que no. Estáis a apenas dos años de llegar a ese mundo que es la universidad, donde esa rabiosa necesidad de conocer todo se hará aún más fuerte. Donde la cualidad que nos hace humanos y que también teníais cuando erais niños volverá a hacerse patente. La curiosidad y la sensibilidad os harán conocer a grandes escritores como Neruda, Edgar Allan Poe o Victor Hugo. Otros os decantareis más por la música y vuestras raíces saldrán a flote con Camarón o Triana o Carlos Gardel o Paco Ibañez. La pintura os apasionará y veréis en el museo del Prado y el Reina Sofía verdaderos templos de culto. Vuestra visión del mundo en definitiva, cambiará.

Y es que no debéis temer este amor por las artes, aun sois jóvenes y quizás no lo entendéis. Pero recuerdo que a vuestra edad o poco después; el gusto por escribir se hizo patente en mí y quizás por estupidez o por juventud no lo exploté como debía, olvidándolo hasta que en la universidad este mismo gusto por la escritura me hizo escribir poesías a una de las más bellas muchachas que he conocido y a la que acabé enamorando.
Algunos de vosotros quizás seáis amantes de la palabra escrita, de la escritura y es que no hay más bello don que el de dominar y saber expresarse en tu propio idioma. Así que no renunciéis a él y exprimirlo al máximo, escribid y expresaros, ya sea en las redacciones que tendréis que hacer en bachillerato o ya sea en concursos de escritura.

Pero os hablo de la escritura como de la música o la pintura, las artes os abrirán la mente más que muchas ciencias. Pero las ciencias también serán. Ya que ellas os permitirán entender mucho mejor nuestro lugar en el universo, os darán firmeza en vuestros actos y comprenderéis mejor lo que os rodea.

Espero que veáis que no os doy opción de no estudiar. Eso sería un fracaso total.

En la época de nuestros padres ellos no tuvieron tanta suerte. Muchos de ellos, no pudieron estudiar. Otros sin embargo, no querían y quizás en este caso sí tuvieron suerte, ya que podían tener un futuro. Siempre había trabajo en la construcción o en la hostelería. Tristemente NI la época que me ha tocado a mi, NI la que os tocará a vosotros, será una época donde el trabajo abunde.

Os hablo desde la experiencia mía y de mis amigos. Muchos de ellos decidieron no estudiar hace ocho años. Eligieron el camino fácil. Fumar porros día si y día también. Mientras que yo estaba en la universidad, unos días estudiando, otros días en fiestas universitarias. Ellos seguían fumando porros. Yo les preguntaba cuál era el plan que tenían para su futuro. Durante muchos años no tuvieron ninguno, simplemente tener veinte euros para ese fin de semana. Comprarse su bellota de chocolate y fumar a gusto. Durante seis años este plan les ha valido. Pero ha llegado una edad en la que no te vale solo con fumar porros. No vas a ser feliz toda tu vida con eso. Cuando tienes 26 años quieres sentirte útil, ahora os da igual pero hacedme caso porque pasará. Con 26 años quieres trabajar, ganar un dinero y poder pagarte un viaje a la playa o donde quieras. Y eso ahora, y dentro de diez años lo conseguiréis más fácilmente si estudiáis. Incluso os daré otro consejo. Estudiad y aprended idiomas. Dentro de seis años España será el país con mayor formación de estudiantes de Europa y conseguir un trabajo no será fácil.

Pero no nos pongamos dramáticos. Somos extremeños y si algo nos caracteriza el ser extremeño es nuestra gran capacidad de sobreponernos. Muchos de nuestros abuelos tuvieron que emigrar a Alemania en busca de trabajo, otros tuvieron que buscar trabajo en Cataluña o el Pais Vasco, y mucho antes de ellos, no olvidéis que Extremadura es la cuna de los grandes conquistadores y exploradores, Hernan Cortés, Pizarro y Orellana ya salieron en busca de fortuna al extranjero. Por eso no tenéis que ver nunca con desánimo vuestro futuro. Salir al extranjero os dará una visión aun mayor de lo que es nuestro mundo y quizás os guste tanto que paséis años trabajando o viajando de un país en otro. No obstante siempre tendréis un lugar donde volver ya que vuestros padres siempre os esperarán ya sea que estéis estudiando en la universidad o trabajando en el extranjero.

Sois apenas un boceto de lo que llegareis a ser y os animo a intentar cualquier cosa. No hay nada imposible si creéis en vosotros mismos. Cada uno vale lo que se valora a si mismo. Por eso no dejéis nunca que os pasen por encima sin al menos haber luchado. La vida solamente se vive una vez y el tiempo nunca retorna, así que no gastéis este tiempo reprochándoos algún acto. Pedid perdón cuando debáis y no dudéis o tengáis vergüenza, esto solo os hará perder minutos de vuestra vida en rencores y remordimientos.

Hace unos días escuché en la radio un poema muy bonito de Pablo Neruda, que me gustaría leeros para finalizar mi discurso y que trata de la fugacidad del tiempo y de la vida sin emociones, dice así:

“Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce. Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.

Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos

Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos

Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo. Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.

Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.

Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.

Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar. Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.”





jueves, 29 de mayo de 2014

Volver a caminar


Porque el pecador siempre vuelve a pecar, porque la cabra tira al monte, porque el poeta es un peregrino, por eso, vuelvo al camino.
Un año ha ya de la última vez que nos vimos, y no sin motivo, pues qué razón tiene ese dicho de men sana in corpore sana. Y os explico el porqué de que lo haya citado.
Hace un año, justo a la vuelta de la última pequeña aventura por tierras escocesas e inglesas, después de que me asentase en Mérida sin saber por cuanto tiempo, mi ánimo empezó a decaer. Sin rumbo fijo ni perspectivas a largo plazo, pasaban mis días pensando y pensando en que hacer para no matar eso que llamamos cerebro en un sinfín de aburridos y larguísimos días. La inactividad y el pesimismo se cebó en mí durante esos días de Mayo, los cuales los pasaba durmiendo mucho y haciendo más bien poco. Mi madre, como buena madre, intentando sacarme de ese letargo de aburrimiento en el que estaba cayendo me propuso realizar una tarea en la que mi mente se evadiese al menos durante el tiempo que durase, me propuso pintar dos habitaciones de la casa. Consciente de que era algo que me iba a reportar al menos alguna distracción, intenté alargar en lo posible la tarea, tomándome múltiples descansos durante esos días. Sin embargo no iba a estar pintando los dos cuartos un mes. Finalmente, satisfecho ya con el resultado, finiquité mi pequeña empresa y colgué la brocha.

Los días volvieron a sumirme en un profundo aburrimiento. Hasta que otro día, viendo un mapa de Extremadura, llegué a la conclusión de que no conocía lo suficiente mi región y que teniendo tanto tiempo libre podría dedicarme a explorarla y así de paso echar curriculums.

Tras insistir bastante a mis amigos de que era nuestra responsabilidad tanto conocer Extremadura, como echar curriculums fuera de Mérida, conseguí que algunos se uniesen a mi causa, y en estos días fuimos a los castillos de Montanchez y Alange y a algún que otro pantano como excursión, y a Badajoz y Tierra de Barros en busca de trabajo.











Sin embargo, al poco tiempo de empezar estas pequeñas excursiones sufrí uno de mis desafortunados incidentes, lo que yo considero que es mi mayor desventaja y a la vez el motor que me mueve y me incita a superarme. Mis rodillas. Debido a una enfermedad de nacimiento, la hiperlaxitud, sufro en los ligamentos de una mayor flexibilidad de lo normal, esto supone que a menos que tenga gran cantidad de músculo, sobre todo en las rodillas, estas se dislocan, lo cual conlleva un gran dolor, un alargamiento temporal de los ligamentos y un plazo de recuperación que con los años son cada vez mayores. El año pasado se dio el último de estos incidentes, el cual me tuvo impedido para hacer deporte durante unos seis meses, en los cuales cogí peso y mi moral decayó bastante.

Pero también me conozco, después de 26 años, al menos puedo decir eso, y analizando mi situación supe que la única manera de recuperarme era marcarme una meta y caminar lentamente hacia ella. Comencé andando, poco tiempo al principio, dando paseos a lo largo del río Guadiana en Badajoz donde había empezado a estudiar otra vez, intentando mantenerme activo.

De paseos de quince minutos, pasé a media hora, una hora, dos .... Hasta que un día, exagerado  yo, como mi padre, se me ocurrió que podía llegar andando a Mérida siguiendo el camino del Guadiana, ese día salí bien temprano, y cuando ya llevaba cuatro horas me encontré con un badén inundado y al intentar cruzarlo por unas zarzas acabé con los pies empapados, y con el roce de los calcetines recibí de regalo dos preciosas y enormes ampollas que me hicieron desistir de mi pequeña empresa. Como era Domingo, no pasaban autobuses y mi orgullo (que me impedía avisar a mis padres) fue suficiente para hacerme llegar a Mérida a la vieja usanza, haciendo autostop. De los muchos coches que pasaron solo me recogieron dos extranjeros, uno de la India y otro de Mali. Esto me dio que pensar. Por muy generosos que seamos en Extremadura, también somos muy desconfiados.

Al mes de comenzar en Badajoz finalmente conseguí trabajo, gracias a uno de esos curriculums de Tierra de Barros y aunque el horario no ha sido el más apropiado para realizar deporte, poco a poco fui recuperando masa muscular. Empecé a trotar. A coger la bici todos los Sábados y Domingos. Cada vez hacía más kilómetros, finalmente empecé a correr y luego a nadar hasta que hace unas semana competí con mi primo en un Triatlon. Y cuando iba de camino al Triatlon, a 100km de Mérida, mi madre resumió en una frase toda esto que quiero transmitiros, ella dijo: “Solo por ver lo feliz que estás, merece la pena venir”.

No es la primera vez que el deporte me ha sacado de estas situaciones difíciles en las que inconscientemente me he metido, ya sea por inactividad o tristeza. Pero la verdad es que tengo mucho que agradecerle al deporte y sobre todo a la bici, mi pasión, con esto quería rendirle mi pequeño homenaje y ya que estamos anunciar definitivamente la próxima gran meta “De Roma a Santiago en bici” en mi deseado mes de vacaciones, Agosto.



Así que si alguno de vosotros se anima, sois más que invitados a compartir parte del viaje conmigo ya sea desde el sillón o a mi lado..