Hace unas
dos semanas mi antiguo colegio, donde curse preescolar, primaria y secundaria,
tuvo el acto de graduación de los alumnos de 4º de la E.S.O. y decidieron
repetir con la idea de no llevar un ponente externo como agregado cultural. Ya
que estos suelen ser consejeros del ayuntamiento o de la Junta y acostumbran a dar
discursos políticamente correctos o alejados de las motivaciones de los jovenes.
Mi antiguo
colegio lleva ya dos años invitando a antiguos alumnos a estos actos y son
estos los que cumplen con la función que debería cumplir el agregado cultural,
la de motivar y exponer una realidad a la que se han de enfrentar los alumnos
en los próximos años.
Este año,
he sido yo el agraciado con la invitación al acto y me gustaría compartir con
vosotros las palabras que preparé para ellos. Decidí que si aceptaba la
invitación no debía de guardarme nada para mí y exponerles la realidad que
desde mi punto de vista, estamos viviendo.
El discurso
fue el siguiente:
“
Buenas
noches. No me resulta fácil comenzar a hablaros, ni sé muy bien en que tono
daros este discurso. Pero creo que quizás lo mejor sea que os cuente un poco lo
que os espera después de esta etapa en el colegio.
Y es que
creedme si os digo que estáis en un momento crucial de vuestra vida. Muchos de
vosotros aun estáis con la tontería del pavo. Otros casi la estáis terminando y
a algunos aun os queda mucho por delante. La cosa es que a partir de ahora os
esperan dos años intensos de instituto donde tendréis estudiar mucho. Pero será
aquí en el instituto donde comenzareis a sentir el gusanillo de aprender, donde
cada uno se decantará por una rama de las ciencias o de las letras.
Algunos os
quedareis fascinados por la química y su magia. Otros por la historia de
nuestros antepasados. Otros descubriréis la mecánica del cuerpo humano y
querréis estudiar fisioterapia, o querréis curar a la gente y haréis medicina o
ayudarles como psicólogos; por otro lado alguno leerá por primera vez a Neruda
y sus 20 poemas de amor quedando fascinado por la literatura y entonces
estudiará filología hispánica. Y es que tenéis tantas y tantas maravillosas
opciones para elegir que quizás la primera elección no sea la definitiva.
No se me
ocurren momentos malos en la universidad, recuerdo muchos momentos duros, pero
nunca malos. Y es que ningún momento será malo si logramos sacar algo bueno de
ellos. Recuerdo que estando en la universidad, en mi cuarto año, me vine abajo,
me pareció que no lograría terminar la carrera, las asignaturas eran cada vez más
difíciles y mi moral cada vez más baja. Y como consecuencia tuve una crisis de ansiedad.
Pero gracias a la ayuda de mis padres y mi hermano aguanté y me fui levantando
poco a poco hasta que logré terminar mis estudios. Y gracias a continuar
estudiando, he vivido mis mejores años desde entonces.
Poco a poco
os iréis dando cuenta de que vuestros padres han sido y serán vuestros máximos
valedores. Os apoyaran siempre, tanto en lo bueno como en lo malo. Y será en
esta etapa de universidad donde os daréis cuenta.
En la
universidad os esperan las becas Erasmus, que os permitirán ir a estudiar a
otro país de Europa y descubrir nuevas culturas y lenguas. Quizás ahora lo veáis
todo muy lejos. Pero creedme que no. Estáis a apenas dos años de llegar a ese
mundo que es la universidad, donde esa rabiosa necesidad de conocer todo se
hará aún más fuerte. Donde la cualidad que nos hace humanos y que también teníais
cuando erais niños volverá a hacerse patente. La curiosidad y la sensibilidad
os harán conocer a grandes escritores como Neruda, Edgar Allan Poe o Victor
Hugo. Otros os decantareis más por la música y vuestras raíces saldrán a flote
con Camarón o Triana o Carlos Gardel o Paco Ibañez. La pintura os apasionará y
veréis en el museo del Prado y el Reina Sofía verdaderos templos de culto.
Vuestra visión del mundo en definitiva, cambiará.
Y es que no
debéis temer este amor por las artes, aun sois jóvenes y quizás no lo
entendéis. Pero recuerdo que a vuestra edad o poco después; el gusto por
escribir se hizo patente en mí y quizás por estupidez o por juventud no lo
exploté como debía, olvidándolo hasta que en la universidad este mismo gusto
por la escritura me hizo escribir poesías a una de las más bellas muchachas que
he conocido y a la que acabé enamorando.
Algunos de
vosotros quizás seáis amantes de la palabra escrita, de la escritura y es que no
hay más bello don que el de dominar y saber expresarse en tu propio idioma. Así
que no renunciéis a él y exprimirlo al máximo, escribid y expresaros, ya sea en
las redacciones que tendréis que hacer en bachillerato o ya sea en concursos de
escritura.
Pero os
hablo de la escritura como de la música o la pintura, las artes os abrirán la
mente más que muchas ciencias. Pero las ciencias también serán. Ya que ellas os
permitirán entender mucho mejor nuestro lugar en el universo, os darán firmeza
en vuestros actos y comprenderéis mejor lo que os rodea.
Espero que veáis
que no os doy opción de no estudiar. Eso sería un fracaso total.
En la época
de nuestros padres ellos no tuvieron tanta suerte. Muchos de ellos, no pudieron
estudiar. Otros sin embargo, no querían y quizás en este caso sí tuvieron
suerte, ya que podían tener un futuro. Siempre había trabajo en la construcción
o en la hostelería. Tristemente NI
la época que me ha tocado a mi, NI la que os tocará a vosotros, será una época donde el trabajo abunde.
Os hablo
desde la experiencia mía y de mis amigos. Muchos de ellos decidieron no
estudiar hace ocho años. Eligieron el camino fácil. Fumar porros día si y día
también. Mientras que yo estaba en la universidad, unos días estudiando, otros
días en fiestas universitarias. Ellos seguían fumando porros. Yo les preguntaba
cuál era el plan que tenían para su futuro. Durante muchos años no tuvieron
ninguno, simplemente tener veinte euros para ese fin de semana. Comprarse su
bellota de chocolate y fumar a gusto. Durante seis años este plan les ha
valido. Pero ha llegado una edad en la que no te vale solo con fumar porros. No
vas a ser feliz toda tu vida con eso. Cuando tienes 26 años quieres sentirte
útil, ahora os da igual pero hacedme caso porque pasará. Con 26 años quieres
trabajar, ganar un dinero y poder pagarte un viaje a la playa o donde quieras.
Y eso ahora, y dentro de diez años lo conseguiréis más fácilmente si estudiáis.
Incluso os daré otro consejo. Estudiad y aprended idiomas. Dentro de seis años
España será el país con mayor formación de estudiantes de Europa y conseguir un
trabajo no será fácil.
Pero no nos
pongamos dramáticos. Somos extremeños y si algo nos caracteriza el ser
extremeño es nuestra gran capacidad de sobreponernos. Muchos de nuestros abuelos
tuvieron que emigrar a Alemania en busca de trabajo, otros tuvieron que buscar
trabajo en Cataluña o el Pais Vasco, y mucho antes de ellos, no olvidéis que
Extremadura es la cuna de los grandes conquistadores y exploradores, Hernan
Cortés, Pizarro y Orellana ya salieron en busca de fortuna al extranjero. Por
eso no tenéis que ver nunca con desánimo vuestro futuro. Salir al extranjero os
dará una visión aun mayor de lo que es nuestro mundo y quizás os guste tanto
que paséis años trabajando o viajando de un país en otro. No obstante siempre
tendréis un lugar donde volver ya que vuestros padres siempre os esperarán ya
sea que estéis estudiando en la universidad o trabajando en el extranjero.
Sois apenas
un boceto de lo que llegareis a ser y os animo a intentar cualquier cosa. No
hay nada imposible si creéis en vosotros mismos. Cada uno vale lo que se valora
a si mismo. Por eso no dejéis nunca que os pasen por encima sin al menos haber
luchado. La vida solamente se vive una vez y el tiempo nunca retorna, así que
no gastéis este tiempo reprochándoos algún acto. Pedid perdón cuando debáis y
no dudéis o tengáis vergüenza, esto solo os hará perder minutos de vuestra vida
en rencores y remordimientos.
Hace unos
días escuché en la radio un poema muy bonito de Pablo Neruda, que me gustaría
leeros para finalizar mi discurso y que trata de la fugacidad del tiempo y de
la vida sin emociones, dice así:
“Muere lentamente quien se transforma
en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no
cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no
conoce. Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.
Muere
lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los
puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones, justamente las que
rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los
tropiezos y sentimientos
Muere
lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no
arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se
permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos
Muere
lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no
encuentra gracia en sí mismo. Muere lentamente quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere
lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia
incesante.
Muere
lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un
asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
Evitemos
la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo
mucho mayor que el simple hecho de respirar. Solamente la ardiente paciencia
hará que conquistemos una espléndida felicidad.”